Rufino Tamayo

Los Colores de la Tierra

Bautizado el 27 de agosto de 1899 como Rufino del Carmen Arellanes Tamayo, años después el niño huérfano habría de abandonar su natal Oaxaca para convertirse en el más grande pintor mexicano de este fin de siglo, El pasado 24 de junio de 1991, falleció en la ciudad de México, víctima de una neumonía.

Rufino Tamayo fue un pintor singular. Reconocido primeramente en el extranjero, sin duda alguna su arte, su inspiración telúrica, sus colores populares, conforman todos una innegable aportación a la cultura universal. A su muerte, los medios de comunicación del mundo entero ofrecieron testimonios y suplementos monográficos en torno a la vida y obra del artista mexicano.

Las opiniones de Tamayo, sus remembranzas, confrontaciones y alegrías, fueron vertidas por él en distintas conferencias y entrevistas, Conversando con Elena Poniatowska (1966), Jacobo Zabludovsky ( 1966), Concepción Solana ( 1968), Manuel González Casanova (1968), Cristina Pacheco (1980), Ricardo Rocha (1984), Angélica Abelleyra (1987), Guadalupe lrízar (1988) y Raquel Tibol ( 1990), se puede colegir un rico testimonio todo sencillez y tenacidad.

MADRE Y PADRE

Mi infancia fue mala, muy dolorosa y desgraciada. Prácticamente no conocí a mi padre, Mi madre fue mi padre y mi madre al mismo tiempo, así que no tengo por qué usar un apellido de quien no conocí y a quien nada le debo

LA MERCED

Llegué a la capital a los 11 años, con una herencia que me legó mi tierra... Aquella primera etapa de mi vida no tiene relación alguna con la pintura pero, por cuestiones religiosas, sí la tiene con mi educación musical. Durante algún tiempo fui acólito y en la iglesia aprendí música, para la que tuve gran facilidad, tanta que llegué a dirigir el coro, De niño fui muy religioso, pero cambié al llegar a la ciudad de México, que me pareció inmensa, formidable. Dejé la religión y creí olvidar la música porque me di cuenta de que tenía gran capacidad para el dibujo, Mi primera inspiración fueron unas tarjetas postales "de arte" que reproducían obras de pintores conocidos. Comprábamos aquellas tarjetas en las calles de Palma a 10 centavos cada una, El primer ejercicio que me impuse fue precisamente copiarlas.

Mi familia vendía frutas a gran escala en las bodegas del mercado de La Merced. Algunos de mis enemigos intentan ofenderme diciendo que solamente teníamos un puestecito. Gracias a eso sé mucho acerca de las frutas. Sé cuándo tienen calidad, sé cuáles son los procesos para madurarlas... Cosa extraña, la fruta madurada artificialmente es mejor que la que madura en el árbol, Poníamos toda la fruta en una bodega cerrada y en medio un anafre enorme con brasas. El cuarto quedaba cerrado unos días, y luego, al abrir la puerta, salía un vapor espeso, cloroso, fuertemente aromático. Tal vez muchas de las frutas que hoy forman parte de mi pintura son las que entonces vi . Si vuelvo la entrada hacia esa época tengo que aceptar que mi niñez de huérfano fue muy difícil y triste. Mi realidad me desagradaba. Quizá por un impulso romántico, mi sueño de entonces era ser médico cirujano, Entre el disgusto y mis secretas aspiraciones, viví una niñez muy solitaria. Muchas veces me he preguntado cómo en aquel ambiente pudo nacer mi gusto por el arte, No lo sé, ni me lo explico, sobre todo porque en mi casa dominaba un pavoroso mal gusto. Jamás hubo antecedentes artísticos en mi familia. En mi casa nunca comprendieron el arte. Muy claramente lo vi tiempo después, cuando intenté mostrarles los trabajos que hacía en la escuela: todo les pareció horrible y desagradable

LA TÍA AMALIA

Un día que regresé de cantar -porque en la iglesia de San Felipe, aparte de enseñarnos, nos llevaban a cantar a distintos templos, lo que me gustaba mucho- y me encontré con que mi mamá había muerto. Nunca me dijeron de qué, sólo: "falleció tu mamá". Mi tía Amalia, hermana de mi mamá, me llevó a vivir a su casa en el barrio de San Francisco. De Oaxaca me trajo a México. A pesar de la voluntad de mi tía, nunca quise dedicarme al comercio de frutas. No me gustaba aquello

RETRATO DEL ARTISTA REBELDE

En cuanto llegué a la Academia de San Carlos percibí su pobreza, su mediocridad. No fui el único en sentir esa repulsión, así que pronto se formó un grupo de muchachos rebeldes al que pertenecían, entre otros, Agustín Lazo, Leopoldo Méndez y Francisco Díaz de León. Nuestra rebeldía estaba dirigida contra un sistema de enseñanza que sostenía que el arte debe ser copia servil de la naturaleza, Nos rebelamos contra los principios impuestos por los académicos, para quienes la perspectiva lo era todo. Textualmente decían: .'La perspectiva es el arte de reproducir las cosas tal y como se ven". Esos señores no se dieron cuenta jamás de que el artista, precisamente por serlo, ve las cosas de una manera diferente.

EL ÍNDICE DE DIEGO

En el tiempo en que estudié pintura no había cafés ni galerías. Nuestro centro de reunión eran los pasillos de la escuela. Cuando deseábamos exponer nuestra obra debíamos hacerlo en las propias aulas. La primera visita de Diego Rivera coincidió precisamente con una muestra estudiantil. Desde luego fue invitado a verla. Diego no me conocía, pero cuando pasó junto a mi pintura se detuvo de golpe. Levantó un brazo para señalarla y exclamó: "El muchacho que pintó ese cuadro tiene talento". Sobra decir que sus palabras fueron para mí, entonces, un gran estímulo.

El arte pictórico mexicano de aquellos años estaba completamente aislado del mundo. De vez en cuando teníamos noticias de lo que se estaba haciendo en otros lugares, sobre todo en París, donde imperaba el impresionismo. No fui ajeno a su influencia. Es más, puede decirse que la primera etapa de mi pintura es impresionista. Desde luego, cuando hablo de mi primera etapa excluyo conscientemente cuanto produje mientras fui alumno en la Escuela de Bellas Artes, donde el gran arte consistía en copiar frutos y desnudos. Copiar nunca me interesó y menos me produjo emociones estéticas. En cuanto me era posible, escapaba al campo para pintar lejos de la atmósfera mediocre del salón de clases.

EL AMIGO CHÁVEZ

Gracias a mi primer empleo pude darme el lujo de un pequeño estudio en las calles de Soledad. No diré que era un sitio ideal: era un cuarto cerrado, ruidoso, en torno al cual transcurría la vida. Allí preparé mi primera exposición. Carlos Chávez escribió un artículo elogiándome. Él también estaba en su punto de partida. Para vivir trabajaba como organista en el cine Olimpia. Lo curioso era que muchas veces, a mitad de la película, equivocaba los ritmos: metía una tonada fúnebre en un momento romántico o algo muy alegre en una escena pavorosa. Todos sus amigos íbamos a visitarlo al cine, no tanto para ver la película como para reírnos de él.

EL CAFÉ NEGRO

Nosotros, nuestro grupo, nos reuníamos todos los sábados en la tarde para ir al Sanborn's de Madero o a jugar billar y luego, más tarde, al Teatro Lírico donde veíamos a Celia Montalván y a Lupe Vélez. El teatro de revista llegó a interesarnos tanto que hasta llegamos a escribir una obra musical que se llamó Café negro. Salvador Novo, Pepe Gorostiza, Xavier Villaurrutia y Jaime Torres Bodet escribieron los sketches; Lazo y yo hicimos la escenografía. Para estar a tono con la moda que llegaba de Estados Unidos, Gorostiza le puso letra en español a una canción muy famosa que se llamaba Rose Marie... Viejos escritores famosos, como Federico Gamboa, fueron a ver nuestra obra, Se rieron todo el tiempo de nosotros. Sí, fracasamos rotundamente

LOS AÑOS DE LA "CERRAZÓN"

Cuando éramos estudiantes no existía la pintura en México, Lo que proliferaba era la Academia: no teníamos información de lo que estaba pasando. Quería darme cuenta de lo que era la pintura para empezar a pintar con un criterio personal y propio. Afortunadamente ese periodo de "cerrazón" ya pasó, fue hace 50 años. Los jóvenes de ahora están expresándose de una manera muy personal, con entera libertad Por fortuna nunca he hecho escuela ni creo tener seguidores... Estoy convencido de que las escuelas de arte no sirven para nada, lo único que hacen es corregir: son Academia.

NUEVA YORK, 1926

Una de las cosas más importantes en mi formación artística fue el primer viaje a Nueva York en 1926. Siempre tuve la idea de que esa ciudad era el centro del arte. Comprobé que esto era verdad después de la Segunda Guerra, cuando estuve en Europa. Al llegar a París, se quedaron muy asombrados de que yo
pudiera hablar con absoluta seguridad de lo que estaban produciendo allí, Esto les chocó y me preguntaron cómo podía saber tanto de pintura francesa si jamás había estado en París. "Puedo hacerlo porque he vivido en Nueva York, que es adonde llega toda la pintura que se produce aquí y que ustedes no ven", les dije.

Nueva York era el centro de arte más importante porque allí estaba el gran dinero. La relación entre el dinero y el arte residía en que a Nueva York iban -y aún van- compradores de todo el mundo.

35 DÓLARES PARA EL AUTOBÚS

La única vez que el gobierno me ha enviado con gastos pagados al extranjero, recibí 35 dólares para ir en autobús a Nueva York, Eso fue en 1935, cuando Olga y yo teníamos un año de casados. Quise llevarla conmigo pero, ¿con sólo 35 dólares? Entonces Olga salió a vender algunas de mis pinturas. A cien pesos cada cuadro. Fuimos a ver a la esposa de don Alejandro Quijano; compró uno. También vimos a José Guadalupe Zuno, gobernador de Jalisco; nos compró otro. Así juntamos 35 dólares más, y nos fuimos a Nueva York.

Se suponía que habríamos de estar allá 15 días y nos quedamos 15 años. Vivimos en Manhattan, cerca de la tienda Kleins, en uno de esos departamentos que llaman studio: una habitación, una cocina, un baño. Pero teníamos todo, y el agua caliente que aquí nos faltaba. En los primeros tiempos, para no depender del gusto de los compradores de cuadros, di clases de dibujo en una escuela, Nos visitaban con frecuencia amigos de México. Una vez llegaron Rodolfo Usigli y Xavier Villaurrutia. Olga les preparó una cena a base de col, pero compró una col morada y toda la comida se tiñó de ese color; comimos papas moradas, carne morada y todo morado.

NOSTALGIA POR LOS PERROS

Mi primer comprador importante fue Lee Ault, un muchacho millonario heredero de las famosas tintas Waterman. Luego, en 1941, el Museo de Arte Moderno de Nueva York me pagó 350 dólares por el óleo Animales, que representa a unos perros jadeantes. El director de cine John Huston me compró el Perro ladrándole a la luna para obsequiárselo a la que entonces era su esposa. A ella, según supe, jamás le gustó el cuadro; lo arrumbó y hasta intentó venderlo. Finalmente la Galería Knoedler lo adquirió. ¡Cómo me gustaría ser dueño otra vez de ese cuadro!...

He llegado a pagar 17 mil dólares por un cuadrito que vendí en 50 pesos.

UNA PROMESA CUMPLIDA

Lo primero que hice al llegar a Nueva York con Olga, fue llevarla a la calle 57, que era el centro del arte en aquellos tiempos.

" Aquí están las mejores galerías -le dije- y te prometo que algún día verás expuesta en ella mi pintura", No fue una promesa falsa. Estaba seguro de que iba a lograrlo porque ,siempre tuve fe en mi trabajo, Igualmente supe que el camino desde el anonimato hasta la calle 57 iba a ser muy largo. Para cualquier artista resulta muy duro imponerse en un medio como el de Nueva York... No miento si digo que los únicos latinos que hemos conquistado Nueva York hemos sido Wifredro Lam, Roberto Matta y yo.

LOS PIES EN LA TIERRA

Todos los pintores mexicanos queríamos triunfar en Estados Unidos, conquistar mercados. Yo lo dije muy directamente y, la verdad, al principio la pasé muy mal allá, aunque finalmente salí adelante. Cuando regresé a México me aplicaron la ley del hielo; todos conspiraban en contra mía cuando en el fondo lo que ocultaban era su envidia. Siempre lo he dicho: tengo los pies en la tierra de México, pero sin temor alguno mantengo los ojos abiertos a la experiencia universal. Estoy en contra de la Academia y "los tres grandes" fueron académicos.

LA LUZ DE MÉXICO

Si París es propicio para el arte, la ciudad de México no lo es primero, por su nacionalismo y, segundo, porque aquí es muy dolorosa la vida para el artista libre. He sido extranjero por muchos años y en ninguna parte se me ha tratado como aquí. Mientras que en otros países fui generosamente acogido, en el mío no faltó quien quisiera impedir mi desenvolvimiento. Creo que un medio propicio para el arte es aquél en donde no hay sitio para la mezquindad.

En México, sin embargo, hay muchas posibilidades para el arte. Lo más importante es su luminosidad: la luz de México es única. En ese sentido París es una ciudad triste, su luz muy pobre. Mientras estuve allí el color predominante de mis cuadros fue el negro.

México tiene, además de su luz extraordinaria, otra que emana de sus artesanías, con las que me reconozco y siento una poderosa relación. Gracias al contacto que tuve con ellas, sobre todo durante el tiempo que trabajé en el Museo de Arqueología, me acerqué al color y a las formas que están presentes en todo mi trabajo.

COLORES DE CAL, COLORES RABIOSOS

Alguien ha dicho que mis colores son los que con mayor justicia y exactitud captan el espíritu del país. Puedo explicar esa afirmación con una teoría que me he forjado al respecto: ¿cuáles son los colores que usa la gente de un país pobre como el nuestro? Los más baratos, los tonos de la tierra, los que están hechos a base de cal. Frente a estos colores mezclados y matizados que vi desde niño opongo otros: los más vivos, rabiosos y brillantes, los de las frutas de mi infancia.

SERPIENTES Y JAGUARES

Mi arte es la interpretación del mito, y Oaxaca y su cultura precortesiana son lo mítico. Mis animales, aunque humanizados, tienen mucho de serpiente emplumada y de jaguar. Nunca pierden su significado simbólico. Por eso se ha dicho que en mi obra hay un fuerte sabor indígena. Cuando mis hombres gritan se les oye gritar, cuando mis perros aúllan se les escucha aullar. Mi pintura es hija de la Revolución Mexicana, pero también es hija de lo precortesiano que hay en todos nosotros los oaxaqueños. Insisto en Oaxaca porque me siento zapoteca y la zapoteca es una de las culturas más antiguas de México, Como ellos, creo haber surgido de lo más profundo de la tierra.

ESENCIAS Y APARIENCIAS

Desde muy joven tuve la disyuntiva de seguir un camino marcado o buscar por senderos desconocidos. Preferí experimentar, porque estaba convencido de que la ruta académica, la de reproducir con exactitud la realidad, no podía corresponder a la naturaleza del arte, que consiste en mostrar la esencia de las cosas y no su apariencia. Cómo captar esa esencia, eso es algo incierto, depende de la sensibilidad, el espíritu y el trabajo de cada individuo. Y en esa incertidumbre muchos se pierden.

CONTRA LOS ISMOS

Purismo, formalismo, etcétera, se le llama a lo último en nuestro medio . Y o le llamo simple y llanamente pintura, pintura revolucionaria. Para mí, ese cartelismo que se olvida de la función pictórica para sólo contentarse con ser medio de propaganda, ni siquiera merece consideración.

Para hacer pintura revolucionaria, y aquí volvamos al caso concreto de la pintura mexicana, es menester ser rebelde, insatisfecho, es necesario ser destructor pero también constructor, tener coraje para cometer errores y ser capaz de rectificarlos... Afortunadamente en el panorama actual hay un asomo de esperanza, por fin existe inconformidad entre los pintores de la más nueva generación, que no acepta fórmulas ni consignas. Tengo mucha confianza en que a partir de ella la pintura mexicana ha de renacer.

EL LABORATORIO DEL CABALLETE

La decadencia del muralismo mexicano es una cosa histórica. Hubo un momento en que era necesaria esa propaganda, particularmente la necesitaban los políticos para apoyar sus ideas sociales y económicas. Y claro, como la Revolución fue dando pasos hacia adelante, llegó un momento que ya no fue necesaria
esa clase de propaganda... No se trata simplemente de que los pintores jóvenes ya no quieran hacer pintura mural, sino de que el apoyo económico dado por el gobierno ya no existe.

La función de la pintura mural y de la de caballete es la misma. Lo que pasa es que la pintura mural debe estar relacionada con la arquitectura. En cambio la otra tiene una libertad absoluta porque es experimental: podríamos decir que la pintura de caballete es una especie de laboratorio.

LA BRONCA CON DAVID ALFARO

¿Reconciliarme yo con Siqueiros? Nunca, hasta la muerte, Con ese señor, jamás. Me han invitado a cenar personas que quieren reconciliarnos. No voy. yo tolero que las personas hagan majaderías, pero con cierta dignidad; yo me reconcilié con Diego, pero con Siqueiros nunca. Ha sido demasiado bajo. Cuando ellos controlaban el periódico El Nacional, siempre me atacaban. Fui el Cuevas de ese tiempo.

En el Salón de la Plástica Mexicana, David Alfaro y yo nos dimos una golpiza, no nos pegamos fuerte porque los dos éramos malos para pelear. Después nos dimos la mano... al día siguiente me atacó en la prensa. Habíamos sido jurados del primer Salón de la Plástica Mexicana; Siqueiros me dijo entonces: "Después de esto nos morimos los dos". Al terminar nos quedamos solos y yo le recordé: "Bueno, ya hemos vivido bastante, ¿nos morimos ahora?" Siqueiros contestó: "Pero, ¿lo tomó usted en serio?"

LA SABIDURÍA DEL PUEBLO

Es un error ver el arte en forma intelectual. El arte va a los sentidos, sin razonamientos, por eso resulta interesante escuchar lo que dice el pueblo sobre una pintura o un grabado. El pueblo siente, no racionaliza. yo también siento cada uno de los elementos que constituyen la pintura: la línea, la textura, el espacio, los colores y la forma. En el equilibrio de todo ello radica la belleza de un cuadro. Por eso a mí no me gusta que la gente hable únicamente del color de Tamayo: eso es fragmentar y desintegrar el arte. Lo mismo ocurre cuando se habla del tema de una pintura, eso es lo que menos importancia tiene.

LA MANO DURA

Cuando Vasconcelos fue secretario de Educación me envió a trabajar al Departamento de Dibujo Etnográfico, y ahí tuve la fortuna de conocer el arte prehispánico y las artes populares. Después di clases en las escuelas primarias, utilizando el método de Adolfo Best Maugard. Aún siento el gis de cuando dibujaba en el pizarrón... Como ya he mencionado, modifiqué mi diseño gracias a que me puse en contacto con el arte prehispánico. En la escuela lo enseñan a uno a ser muy hábil con la mano; yo la endurecí. La endurecí y empecé a dibujar como niño para olvidar todo lo que dizque me habían enseñado...

EL ALMA EN EL TRAZO

Un pintor responde con cada cuadro a la pregunta ¿qué es la pintura? Su respuesta puede ser una pero sus formas son muchas. La respuesta puede ser tan vasta que una vida no sería suficiente para encontrarla. He tenido el gozo de ir descubriendo mi alma en cada trazo, en cada forma, en cada color llamado a despertar una emoción. Sin la posibilidad de encontrar cada vez nuevos problemas que resolver, esto no hubiera ocurrido. No encuentro otra explicación a la pasión de pintar que ha vivido conmigo y que me acompañará hasta siempre.

GRIS Y BLANCO

Me molesta el blanco de la tela. Lo primero que hago al comenzar un cuadro es taparlo, generalmente con una capa de gris. Sobreponer otros colores al gris me lleva a cambios de tonalidades que enriquecen la superficie.

SINCERIDAD Y EFICACIA

Mi verdadero y único lenguaje está hecho de formas. He prescindido lo más posible de las palabras, quizá porque jamás logré expresarme a través de ellas con la eficacia y la sinceridad de mi pintura.

FIGURAS

Muchas personas que no están muy al tanto de la pintura consideran que soy abstracto l cosa absolutamente falsa. He sido figurativo toda mi vida. Siempre se reconoce la figura en mis cuadros. Lo que ocurre es que la figura está cada vez más simplificada en mi obra, y entonces da lugar a que las personas que no saben ver pintura crean que es arte abstracto.

REFLE]OS Y METÁFORAS

Al pintar creamos mundos y esos mundos pueden aspirar a ser autónomos, a ser entendidos por su orden propio y sus propias leves, pero nunca dejan de ser metáforas de nuestra realidad. Metáforas, no reflejos o copias, Por eso los objetos y los seres que miramos todos los días pueden habitar esos mundos diferentes, ser parte de ellos. La realidad es así desdoblada, multiplicada, vista por dentro. No se revela su sentido sino sus sentidos: nos hallamos no ante un significado sino ante una multiplicidad de significados. La pintura obedece a ese mundo que llamamos poético, en contraposición al que podríamos designar ideológico.

LOS CAMINOS DEL INFINITO

Una de las venturosas peculiaridades de la pintura es que su futuro está abierto al infinito. Nunca podrá sufrir desvíos hacia otras formas plásticas de expresión, en virtud de tener un compromiso específico, que es el de expresarse en forma bidimensional y con un material del que precisamente toma su nombre: pintura.

LA REVOLUCIÓN AUSENTE

Trabajo para ayudar a mi pueblo porque la Revolución, sobre todo en Oaxaca, no hizo nada por él y sigue pasando hambre y muchas injusticias, Por eso insisto en que el socialismo es el camino a seguir; no hay remedio, a pesar de todo, el mundo va hacia el socialismo. Hay que repartir la riqueza de manera equitativa, Que no quede, como hasta ahora, sólo en manos de unos cuantos, Tenemos el derecho a vivir de manera digna y tolerable, y eso sólo el socialismo lo resuelve.

EL GENIO DE MÁLAGA

Picasso era genial como pintor, tenía un maravilloso instinto de creatividad, y a la vez una cierta propensión a lo perverso, a la lujuria, a la locura. Era capaz de celar y obstruir a sus colegas, como lo hizo con Juan Gris, o ayudarles y abrirles caminos, como ocurrió con Wifredo Lam, El bien, el mal, la excelencia artística, la perfección del Guernica, el sexo como obsesión, la admiración que le tuve; quizá todo eso estuvo en mi mente cuando decidí pintarlo desnudo...

90 AÑOS NO ES NADA

Lamento que el tiempo sea tan corto. Se va y no alcanza para hacer las cosas. Los problemas involucrados en la pintura son tan extensos que 90 años no son suficientes para lograr cuanto uno quisiera. El tiempo debería ser más largo.

(David Martín del Campo)
 

Memoria de Papel
Crónicas de la Cultura en México
Año1 No. 2
Octubre de 1991